''el mar borra por la noche. la marea esconde. es como si no hubiera pasado nunca nadie. es como si no hubiéramos existido nunca. si hay un lugar en el mundo en el que puedes pensar que no eres nada, ese lugar está aquí. ya no es tierra, todavía no es mar. no es vida falsa, no es vida verdadera. es tiempo. tiempo que pasa. y basta''.
A. Baricco

martes, marzo 30

yo sé

en ningún signo hay nada,

sos mentira.

o secreto.

o certeza plural.

igual no entiendo, así que.
yo sé,
no vas a decir nada.
ya sé,

estúpido.
andá.

domingo, marzo 28

así como habitual

 
'no se si tengo lo que vos querés 
no es que pretenda lo que no tenés 
no sé qué quiero 
no sé qué tengo, 
ya casi no pienso sólo bailo bailo bailo 
bailo bailo bailo'
¿sentís, realmente sentís cómo se te mete por todo adentro como un demonio, 
cómo vibran los músculos en cada segundo, cómo late todo el cuerpo al unísono,
tanto que si te acercás a mí, la escucharías, sentís cómo entrás al umbral entre el silencio y el éxtasis, sentís?
entonces sí, Friedrich, sólo y únicamente si sabe bailar.

['qué raro, qué raro, vuelvo a estar enamorado, qué raro']

lunes, marzo 22

cuando por fin me encargué de hacerme silencio, me di cuenta de que me iba a ahogar acurrucada entre tantas entrecruzadas palabras e imágenes fuera de estación.
antes de prearrepentirme, hice lo único que pensé atinado, me levanté y pinté. 
pinté la nada, ésa.
el vacío ese, del que me habló él la otra noche, desde ese espacio que él supo cruelmente hacer espejo de todo lo que yo había optado por considerar pasado, porque todavía recuerdo que todo eso había sido demasiado corrosivo para mí también.
pinté y todo fue negro, y la profundidad que supe ubicar en el centro fue del color de la sangre, el color indicado de no precisar ese músculo agudo ya más para esta odiosa vigilia ni ningún sueño.
al fin y al cabo todo fue como taparme la boca con un dedo mientras dejaba que el humo que surgía de mi sombra en la ventana de turno se hiciera noche cerrada.
ay ay ay
me duele la historia,
me duele la muerte,
esos poemas y la sangre.
me duelen las manos vacías
extemporáneas imposibles
pequeñas cruzadas
rayadas vacías
vacías
a menudo ni siquiera la sangre existe
sólo formas, cuerpos anónimos
y el olvido.
ojos cerrados huecos


sábado, marzo 20

teleómenos

"Llevo meses dentro de, este cuerpo sin nombre alguno.
Vientre henchido de tormenta."

pervadió e inundó y aún.
tres, dos veces y una noche acontece.
así es: fagocitando, disolví.
y he vuelto, por fin.
desde esta baldosa en adelante
me voy, satisfecha.

sábado, marzo 6

me falta/ el aire que perdí/ cuando escuché que olvidabas/ y en el eco otra vez,/ como la sangre/. Pedime que me quede Octavio,/ que no te busque donde/ jamás estás./ para que no te invente./ pedi que no te oiga,/ que me falte el aire./
Pedite una coca si te parece, yo quiero un agua sin gas. Gracias. Me decías Octavio, cómo está Tito?


martes, marzo 2

ni rastros de su sombra

Llevaba todo el tormento que se podía a esa hora de la noche y la temperatura, 
y esa remera verde -una de las pocas con las que se manejaba él, parecía- 
cuando lo vio, caminando tan particular. 
Extrañada, optó por cruzar la calle. Dudando la seguridad, una centésima después, 
se volteó para buscarlo: Y sólo quedaba el tormento, ni rastros de su sombra.

Entonces se dio cuenta de que sabía inventar cuando se olvidaba los lentes. 




s/t

[ponete cómodo- dije. tenía que ser rápida y precisa. sobre todo rápida, porque sino me aburría. sentate- te desvestí, quedate sentado. no importa cómo, pero hice el bastidor con una parte de tu piel, no toda, no quería encargarme de remiendos y eso, busqué la más apropiada, digamos. en definitiva, el mejor bastidor. ahora que ya estamos, te voy a mostrar cómo absorbe. ves? la piel de la boca huele a mí todavía, tal vez esa no la pinte. no, ésa no. el cuadro sos vos, la boca, nosotros. qué satisfecha. la trementina se siente, y tan bien -es de esos olores de la infancia, como el que tenían esas gomitas de borrar que no servían para nada, que manchaban la hoja, pero eran de colores y formitas varias- y el óleo azul talo y también el café que no terminaste. terminalo, dale. sí, está frío, pero da igual, así tiene ese sabor -puede que esto haya sido antes, en el orden temporal, pero qué importa-. entonces me acordé de un pájaro que un día pinté color té con leche, que digamos que es casi lo mismo. pero no, sos azul, y negro, con alguna que otra pizquita de rojos que salen de entre las tinieblas, porque el color té con leche es para sólo ciertas cosas -como los pájaros. preferís algo en particular? podés pedirme, si total.qué, sos callado ahora? entonces yo. tarareame alma de diamante -por eso ven asíí, con la humaaanidá, alma de diaamante. yo te pinto toda la noche. todas las noches. sin falta. hasta que vuelva.
mientras, ponete cómodo- te dije.]

realidad



soy mas grande ahora, sin duda mucho más grande y justo tengo anteojos.