entonces alguien dijo en algún tiempo que eso también podía decirse-de
pero él, sano, sólo quiso admitir que ya la desconocía
que ya ni recordaba qué era lo que mantenía esa cuestión medio enclenque.
supuso que ella lo había meditado un poco, o algo por el estilo.
tal vez ni previa deliberación, jamás la juzgó, la quiso nomás.
sólo que ya no tenía el martillo y que lo ansiaba
y entonces preguntaba por su esencia con la que antes se tocaba
o intentaba reflotar para qué ella -o ello según el caso- le servía
le gustaba su parcialidad cómplice, única, concluyó.
y como se enroscaba al dormir.
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